top of page

 EN ESPAÑA 

ARQUITECTURA ROMÁNICA

Anonimato y firma de los artistas.

 

La mayoría de las obras románicas son anónimas en el sentido de carecer de una firma o documento que acredite la autoría. Incluso si la obra está firmada los historiadores especialistas tienen a veces dificultades para distinguir si se hace referencia al verdadero autor o al promotor de la obra. Otras veces sin embargo, la firma viene seguida o precedida de una explicación que aclara si se trata de uno u otro personaje. Arnau Cadell lo dejó bien claro en un capitel de Sant Cugat: Esta es la imagen del escultor Arnau Cadell que construyó este claustro para la posteridad.

 

                             "hec est arnalli sculptoris forma catelli qui                                                                      claustrum tale construxit perpetuale"

 

Lo mismo que Rodrigo Gustioz quiso inmortalizarse por su financiación de un arco en Santa María de Lebanza: Hizo este arco Rodrigo Gustioz, hombre de Valbuena, soldado, orad por él.

 

         "isto arco fecitrodricus gustiut vir valdebonus

     militeorate pro illo"

 

Y en un capitel aparece la noticia de otro promotor:

 

                                 El prior Pedro Caro hizo esta iglesia, casa, claustro y

                                       todo lo que aquí está fundado en el año 1185.

 

En otros casos es el estudio sistemático de la escultura junto con la arquitectura lo que hace a los historiadores sacar las conclusiones. Así, se sabe que en la catedral de Lérida trabajó como maestro constructor Pere de Coma desde 1190 hasta 1220, pero durante ese periodo se detecta la presencia de varios talleres de escultura bien diferenciados. El mismo estudio realizado en la catedral de Santiago de Compostela hace suponer al maestro Mateo como director de la fábrica y director de sucesivos talleres que presentan una evolución estilística llevada a cabo por manos diferentes pero bajo una misma dirección coherente.

El hecho de que la mayoría de las obras románicas se hayan mantenido en el anonimato ha hecho desarrollar la teoría de que el artista consideraba que no era persona apropiada para plasmar su nombre en las obras dedicadas a Dios. Pero, por un lado, las pocas obras civiles que se conservan tampoco aparecen firmadas y por otro, tal opinión es contrarrestada con una larga lista que se podría dar de artistas que sí firman sus obras, entre los que destacan:

  • Raimundo de Monforte, que aparece en documentación de 1129 contratado para edificar la catedral de Lugo.

  • Pedro Deustamben, que aparece en un epígrafe funerario de San Isidoro de León como constructor de las bóvedas.

  • Raimundo Lambard o Lambardo, que trabajó desde 1175 en la catedral de Urgel.

  • Los maestros Bernardo el Viejo, Roberto y Esteban que intervinieron en la catedral de Santiago de Compostela.

  • El maestro Pere de Coma, que trabajó a finales del siglo XII en la catedral de Lérida.

  • El maestro Micaelis, que trabajó en varias iglesias y ermitas del norte de Palencia, y dejó su retrato trabajando en la Iglesia de San Cornelio y San Cipriano de Revilla de Santullán.

​Se podría continuar la lista con muchos más nombres aparecidos bien en la propia piedra a modo de firma, bien en documentos de contratación, como demostración de que el hecho de darse a conocer no estaba ni prohibido ni desaconsejado. Lo que sí es difícil distinguir en muchos de los casos es el rango de su oficio pues a veces podían ser canteros especializados o escultores de determinadas piezas. A todos ellos se les solía llamar magister y todos llegaron a desarrollar su oficio gracias al deseo y al mandato de los promotores y mecenas.

 

Promotores y mecenas.

 

En el mundo del románico tanto el promotor de las obras como el mecenas y el financiador son los verdaderos protagonistas de la obra arquitectónica o de la obra de arte a tratar. Son los que mandan y opinan cómo debe ser realizada dicha obra, cuáles deben ser los personajes o los santos en escultura y relieves, las dimensiones geométricas (que luego se encargará el auténtico profesional de llevarlas a cabo con rigor matemático) y son los que estimulan y engrandecen los proyectos. Los promotores se encargaban además de contratar y llamar a los mejores artistas y arquitectos que trabajaban gracias a su impulso y entusiasmo. Sobre todo en escultura y pintura, el artista estuvo totalmente sometido a la voluntad de los poderosos mecenas y promotores, sin cuya intervención jamás se habría realizado la obra. El artista del románico se adaptaba a la voluntad de estos personajes dando a la obra lo mejor de su oficio y conformándose con la satisfacción del trabajo bien hecho sin tener ni deseos ni sospecha de poder adquirir una fama mundial tal y como se empezó a desarrollar a partir del Renacimiento. El orgullo de la labor bien hecha y el reconocimiento de sus compañeros y mecenas era el mayor de los premios y por eso a veces este orgullo les llevaba a expresarlo de manera muy simple en alguno de sus trabajos terminados.

En España los reyes y una minoría de la nobleza implantaron tempranamente las nuevas tendencias del románico (que llevaban consigo una renovación benedictina y una aceptación de la liturgia romana), mientras otra parte de la nobleza y la mayoría de los obispos y monjes se mantuvieron aferrados a las viejas costumbres y a la liturgia hispana. Sin embargo el románico triunfó plenamente y esto se debió sobre todo a los mecenas y promotores que llevaron a cabo grandes obras a partir de las cuales se fue desarrollando el nuevo estilo por toda la mitad norte de la península Ibérica.

Abad Oliba: Este personaje fue mecenas, promotor y gran impulsor del arte románico en Cataluña desde fecha muy temprana. En el año 1008 fue nombrado abad del monasterio de Ripoll y del monasterio de Cuixá y diez años después fue nombrado obispo de Vich. Sus viajes a Roma (1011 y 1016) y sus contactos con el monacato franco supusieron el conocimiento de la liturgia romana y su introducción en la Iglesia catalana. La reforma benedictina de Cluny había influido bastante en Cuixá con quien Oliba mantenía estrechas relaciones. Oliba adoptó pues las normas de Cluny, tanto en arquitectura como en costumbres y bajo su patrocinio y dirección se llevaron a cabo las grandes reformas, los edificios nuevos o en otros casos las simples ampliaciones para adecuarse a las necesidades de los nuevos tiempos. En todas estas primicias procuró el abad Oliba estar presente: en consagraciones, reuniones en que se discutía lo concerniente a alguna construcción, etc. 

Monasterio_de_Sant_Cugat_del_Vallès

Firma de Arnaldo Cadell, en el Monasterio de Sant Cugat (Siglo IX), San Cugat del Vallés. Barcelona.

Románico_palentino_-_Micaelis_me_fecit

Imagen de la Portada de la Iglesia de los Santos Cornelio y Cipriano en Revilla de Santullán (Palencia). En ella se puede ver representado al Maestro Micaelis que trabajó en la construcción de la iglesia y que firma su obra: Micaelis me fecit.

SAN VICENTE DE CARDONA

Nave de la Iglesia de San Vicente de Cardona (siglo XI) sitiada dentro del recinto amurallado del Castillo de Cardona, (Cardona - Barcelona) y cuya construcción fue impulsada por el Abad Oliba.

Colegiata de San Isidoro - León)

Página miniada del Codex Biblicus Legionensis o Biblia mozárabe de León, a. 960. (Archivo del Museo de la Colegiata de San Isidoro -León)

Ermita_de_Santa_María_de_La_Piscina

Iglesia de Santa María de La Piscina (SigloXII) cerca de Peciña (La Rioja), mandada construir por el Infante Ramiro Sánchez de Navarra.

PÁGINAS
ARTE ROMANICO ESTUDIOS MEDIEVALES

EL ROMÁNICO ESTUDIOS MEDIEVALES

bottom of page