BESTIARIO ROMÁNICO
GUÍA ELEMENTAL
ASNO. ONAGRO. El asno suele representar la humildad. Jesús lo usó para entrar en Jerusalén, por tanto también simboliza la paz y la pobreza. En la Biblia se lo menciona casi exclusivamente en la literatura poética y profética. En ocasiones le vemos tocando un instrumento musical como símbolo de lo absurdo y de los vicios. En el Fisiólogo se nos dice que el Onagro o Asno posee la facultad de avisar cuando se produce el equinocio de verano ya que "el día 25 del mes de Famenóth el onagro rebuzna doce veces" y de esta forman reconocían que estaban en el equinocio y que el día y la noche tenían la misma duración. Esto hacía el asno ya que estaba afligido de que el día y la nuche tuvieran la misma duración, pues prefiere la noche al día. Esta característica hace que el onagro o asno tenga en ocasiones una simbología negativa.
Asno.
Iglesia de San Miguel Arcángel. Anzaluz. Soria.
Asnos.
Miniatura medieval.
Museo Meermanno. La Haya (Holanda)
, MMW, 10 B 25, Folio 22r.
Este capitel muestra a Jesús con los brazos en cruz con el asno mostrando su humildad, pobreza y sacrificio.
Colegiata de San Pedro.
Teverga. Asturias.
Asno tocando el arpa, quizá como representación de lo absurdo o de la ignorancia. Para otros representa los vicios.
Iglesia San Martín de Tours. Frómista. Palencia.
CABALLO. Fue símbolo de Cristo.
En el Apocalipsis, cuando el Cordero rompe los siete sellos, uno de los cuatro vivientes llama al autor para que observe lo que va a suceder: "Miré y había un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; se le dio una corona y salió como vencedor..."
También tuvo su lado negativo, representaba el orgullo, la impureza, la lujuria y el desorden.
Todos lo bestiarios resaltan su temperamento, belleza, fogosidad...
La figura del caballo también se asocia a la fidelidad y la fuerza, sobre todo en la batalla llevando a su jinete a la victoria. Es símbolo de la fidelidad en Cristo y de la tristeza y el pesar por la muerte de Jesús en la Cruz.
La versión C del Fisiólogo dice sobre el caballo:
El caballo antes se llamaba cabo, porque cuando camina hunde el casco y cava la tierra, cosa que no hacen los otros animales. También se le llama sonípedo porque con las patas hace ruido. La vivacidad de los caballos es grande, pues caracolean en las llanuras, olfatean la batalla, con el sonido de la trompeta se sienten incitados a combatir, la voz los enardece y los lanza al galope, se entristecen cuando son derrotados y se alegran cuando vencen. Algunos detectan a los enemigos en la guerra, tanto que atacan a mordiscos a los adversarios. También los hay que reconocen a sus dueños propios y se olvidan de la mansedumbre si cambian de amo; algunos no admiten sobre el lomo a nadie más que a su dueño, y si los amos se mueren o son muertos, muchos derraman lágrimas. Sólo el caballo, en efecto, llora por el hombre y experimenta el sentimiento del dolor. Por eso también en los Centauros está mezclada la naturaleza del caballo y del hombre. También suelen, los que se disponen a entrar en combate, presagiar por el abatimiento o la euforia de los caballos el resultado futuro. Según la opinión más extendida tienen una vida larga, superando los cincuenta años, los caballos persas, hunos, epirotas y sículos, y más corta los hispanos, númidas y galos. En los caballos de buena clase hay que tener en cuenta, según el decir de los antiguos, cuatro aspectos: la estampa, la belleza, la valía y el color. La estampa: que su cuerpo sea fuerte y sólido, la alzada acorde con la robustez, largo el lomo, muy recogida y redondeada la grupa, ancho y amplio el pecho, nudoso todo el cuerpo por la consistencia de los músculos, la pata enjuta afirmada sobre un casco cóncavo. La belleza: que la cabeza sea pequeña y fina, con la piel casi pegada a los huesos; las orejas pequeñas y vivas, los ojos grandes, las narices anchas, la cerviz erguida, la crin abundante al igual que la cola, la redondez de los cascos firme y sólida. La valía: que sea de temperamento audaz, ligero de patas, de miembros vibrantes, lo cual es señal de fortaleza, que pase fácilmente del reposo absoluto al movimiento, o que una vez lanzado al galope se le refrene sin dificultad. Porque en las orejas se aprecia la movilidad de un caballo, y en los miembros vibrantes la fuerza. Han de tenerse en cuenta sobre todo estos colores: bayo, dorado, rojizo, roano, alazán, gamuza, pálido, tordo, cano, cándido, blanco, moteado y negro.
Caballo.
Miniatura medieval.
Museo Meermanno. La Haya (Holanda). MMW, 10 D 7
Caballo.
Capitel en la Colegiata de Santa María la Mayor.
Toro. Zamora.
Cabeza de Caballo.
Canecillo de la Iglesia de los Santos Facundo y Primitivo.
Silió. Cantabria.
CABRA. A diferencia del macho cabrio la cabra posee una simbología positiva. La cabra se asocia con la agilidad, con el gusto por la libertad espontánea y caprichosa, así como con cierto carácter nutricional y fértil (fue una cabra, Amaltea, la que amamantó a Zeus y a quien pertenece la "cornucopia" o cuerno de la abundancia). También simboliza la sabiduría ya que es capaz de subir a lugares inaccesibles para otros y observar desde allí lo que otros no pueden ver.
Cabra tocando el arpa.
Basílica de San Prudencio.
Armentia. Vitoria.
Cabra sobre el tejado de la
Iglesia de San Pedro.
Leis de Nemancos . La Coruña.
MACHO CABRIO. De forma negativa, el macho cabrío, se relaciona con la lascivia, la lujuria y la sexualidad desenfrenada.
Representa la perversión del impulso vital, la corrupción del instinto sexual. También alude al engaño, el error y la avaricia.
También es una figura que evoca al diablo.
Cabra tocando una viola.
Ermita de la Virgen de la Octava.
Peñarrubias de Pirón. Segovia.
Macho cabrío.
Ermita de Santa Catalina.
Azcona. Navarra.
Macho cabrío.
Ermita de San Pedro de Tejada.
Puentearenas. Burgos.
En algunas iglesias nos encontramos al diablo representado como un ser de barba larga retorcida en forma de espiral. Si damos la vuelta a la imagen nos encontramos con que la barba se torna en una gran cornamenta de lo que podría ser un macho cabrío, una de las representaciones animalísticas del diablo.
Iglesia de San MIguel.
Alcoz. Navarra.
Cabra.
Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua.
Butrera. Burgos.
Dromedario tumbado.
Catedral de Tarragona.
Dromedario tumbado.
Museo de la Catedral de Navarra.
Capitel con dromedario y jinete disparando una flecha.
Catedral de Tarragona.
CAMELLO y DROMEDARIO. La simbología del camello en el romanico parece ser positiva en la mayoría de los casos. Esta simbología suele ir unida a la posición del animal sobre todo cuando permanece tumbado. Suele reprensentar la humildad, obediencia y sumisión a su dueño. Es decir obediencia y sumisión a Dios y humildad ante los semejantes .
Dromedario.
Iglesia de Santa Catalina.
Azcona. Navarra.
Cabras Montesas.
Royal MS 12 C. xix, Folio 31v.
Caballo con jinete.
Bern, Burgerbibliothek, Cod. 318 f. 22r
Fisiólogo de Berna.
Antílope.
Kongelige Bibliotek. Gl. kgl. S. 1633 4° (Bestiario de Ann Walsh).
ANTÍLOPE. ANTÁLOPS. Es ciertamente complejo encontrar antílopes en la iconografía románica de la península ibérica. Las imágenes que acompañan a este texto pertenecen a diferentes bestiários aunque continuamos la búsqueda de posibles antílopes en los programas iconográficos de nuestras iglesias y monasterios.
Sobre el antílope y sus carácterísticas nos dice las versiones B y C del Fisiólogo lo que sigue:
Versión B
El antálops
Hay un animal extremadamente fiero, tanto que ni siquiera el cazador puede acercarse a él. Posee largos cuernos que tienen forma de sierra, de modo que puede cortar incluso árboles gruesos y altos y derribarlos a tierra. Y cuando tiene sed se dirige al caudaloso río Eufrates, y bebe. Hay allí un árbol frutal llamado en griego herecine que tiene un ramaje delgado y abundante. Llega, pues, y se pone a jugar con los cuernos con la herecina, y jugando enreda los cuernos en las ramas. Al no poder liberarse ni después de pelear largo tiempo brama muy fuerte, y al oír su bramido el cazador acude y lo mata. Así ocurre también contigo, hombre de Dios, que procuras ser sobrio y casto y vivir espiritualmente. Tus dos cuernos son los dos Testamentos, por medio de los cuales puedes cercenar y extirpar de ti todos los vicios corporales, es decir: el adulterio, la fornicación, la avaricia, la envidia, la soberbia, el homicidio, la calumnia, la embriaguez, la lujuria, y todas las vanidades de este mundo. Entonces se alegran contigo los ángeles y todas las virtudes celestiales. Ten cuidado pues, hombre de Dios, con la embriaguez; no sea que quedes enredado en la lujuria y el placer y seas muerto por el diablo. Porque el vino y las mujeres hacen que los hombres apostaten de Dios.
Versión C
Del antílope
Tiene una forma física tal que corta árboles de gran tamaño y los abate a tierra. Y cuando tiene sed se dirige a un arroyo. Hay unas ramas delgadas de acebo, y cuando pasa entre ellas retozando, se le enredan los cuernos y queda sujeto a las ramas como si estuviera inmovilizado, y brama con gran fuerza queriendo huir. Y el cazador, al oírlo, llega y lo mata. Por tu parte, hombre, cumple los dos Testamentos, el Nuevo y el Viejo, que te fueron dados para la salvación del alma [...] es decir, la avaricia, la lujuria y todo el boato del mundo, y te veas enredado en ellos.
Antílope.
La Haya. MMW 10 B 25
Antílope.
Bestiario de Harley 4751, f. 5v .